Ramón Gallego de 61 años en la actualidad, fué durante 25 años uno de los máximos exponentes del arbitraje de balonmano español, y una vez se retiró siguió ligado al balonmano como miembro de la comisión de árbitros de la IHF misión que lleva cumpliendo desde hace 21 años.
Este próximo julio en Tokio será su octava presencia en unos juegos olímpicos, todo un éxito profesional.
Inició sus andanzas en el balonmano en el Codema como jugador pasando posteriormente al Sporting, para retirarse a una edad temprana por incompatibilidad con sus estudios y para iniciar su andadura en el mundo del arbitraje.
Ramón fue árbitro internacional con 3 mundiales y 10 europeos de clubs en su haber.
Acudió como árbitro a las olimpiadas de Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000, y miembro de la Federación Internacional de Balonmano (IHF) en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, y ahora máximo mandatario en Tokio 2021 de la Comisión de Árbitros de la IHF, a la que perteneció desde su retirada, se incorpora pues con honores a la historia asturiana de los Juegos con ocho citas olímpicas.
Gallego formó parte de la élite del balonmano como colegiado, formando pareja con el también gijonés Pedro Lamas. No en vano, fueron elegidos la mejor pareja arbitral del planeta. También ostenta el honor de ser el único colegiado que pitó dos finales olímpicas consecutivas (en Barcelona y Atlanta).